sábado, 7 de mayo de 2011

PASEO NOCTURNO 3

Lo miro a los ojos y esbozo una sonrisa mientras agarro con fuerza la piedra dentro de mi bolsillo.
-Vaya, sabes mi nombre.
-Sí, es que he oído como te llamaban alguna vez en el gimnasio.
-No me suena tu cara, de todas formas ahora hace tiempo que no voy.
-Yo es que soy muy bueno recordando caras y nombres.
-Uf se hace tarde, mis hijas tienen que estar preocupadas, ya nos veremos.
Lo digo al tiempo que intento acercarme a una zona más iluminada, me agarra del brazo.
-Espera.
-¿Qué quieres?.
-Nada, hablar un rato contigo.
Presiona mi brazo con fuerza.
-Tengo que irme de verdad, (estoy aterrada).
No se mueve, su gesto se vuelve duro.
-Venga no te hagas la interesante, si yo se que estas muy a gusto aquí conmigo.
-No se a que juegas, sueltame de una vez y déjame ir.
Me besa a la fuerza, forzejeamos.
-Dejate llevar, si lo estás deseando, si no de que estarías en un sitio así a estas horas.
-Pasan unos segundos o minutos en realidad no lo sé, me dejo hacer como si aceptase la situación esperando un momento de distracción, parece calmarse y se separa un poco de mí, aprovecho que vuelve a besarme para sacar la piedra del bolsillo y golpearlo fuerte en la cabeza, se queda parado unos segundos, no parece entender muy bien lo que ha pasado y aparece esa mirada de loco que hiela la sangre, no pienso, la piedra sigue chocando una y otra vez contra su cráneo sin piedad, incluso cuando un trozo de algo vizcoso resbala por mi cara sigo golpeando.
Salgo del trance poco a poco, primero llega a mi nariz el olor a sangre, a continuación mi brazo se queda sin fuerza, no veo nada, levanto la cabeza y todo a mi alrededor está difuminado, es como si no pudiese centrar la mirada en ningún objeto.
Me guardo la piedra en el bolsillo, aunque en realidad no me doy cuenta de que lo hago (la encontraré a la mañana siguiente, pero ese no es el tema que toca ahora).
Poco a poco mi visión se vuelve más clara, miro hacia abajo y veo el amasijo en qué se ha convertido su cabeza, un frio interior recorre mi cuerpo y aparecen las nauseas, los oídos me zumban y no oigo nada.
Me pongo en pie y hecho a correr sin mirar atrás, todo el cuerpo me tiembla como una hoja, me siento como si acabase de pisar una serpiente de cascabel y no me hubiese mordido, solo quiero poner distancia entre esta realidad y yo, seguro que por la mañana me despierto y descubro que es un mal sueño. 
Llego a mi casa y voy directamente a mi habitación, me siento en el borde de la cama y me quedo hay hasta que una de mis hijas llama a la puerta.
-Mami ¿estás bien?.
-Sí, ahora salgo es que estuve corriendo y quiero darme una ducha antes de que me coja el frío.
¿Habrá notado como me tiembla la voz?, espero que no, entro en el baño y al verme en el espejo me acabo de descomponer, hecho hasta la papilla del desayuno.
Me saco la ropa sintiéndome asqueada y me doy la ducha más larga de mi vida, me visto, voy a la cocina cojo una bolsa de basura meto todo lo puesto dentro y la guardo dentro del armario.
No se me ha pasado ni un momento el tembleque, cojo aire y me voy al salón, me disculpo con mis hijas diciendo que me encuentro mal y que me voy a acostar, les doy un beso y me retiro, me meto en la cama me acurruco y yo que padezco de insomnio crónico me quedo dormida al instante, no me despierto hasta las diez de la mañana, algo que me haría feliz si no fuese por las circunstancias, será la ultima vez que descanse de un tirón.
Me despierto completamente consciente de lo que he hecho, al momento corro al baño a vomitar otra vez, ¿como he podido hacerlo?, ¿como lo he dejado ahí abandonado? tenía que haber acudido a la policía a contar lo que ha pasado, al fín y al cabo actué en defensa propia.
Si voy ahora ya no seré tan creíble, yo no tengo ni un solo rasguño, ademas, no entenderán que me hubiese ido a mi casa a dormir, sinceramente creo que ayer estaba en estado de shock, pero me da miedo, que digo miedo, pánico que me detengan hasta que se aclaren las cosas o peor aún, que no se aclaren.
Recojo la habitación y meto la ropa y las deportivas en la lavadora, encuentro la piedra y vomito por tercera vez (aire que es lo que me queda dentro).
La televisión, la radio, los periódicos e Internet no dicen nada de que se haya encontrado ningún cadáver, tal vez sea demasiado temprano para que la noticia haya llegado a los medios.
No se que hacer, doy vueltas y más vueltas por la casa como un animal enjaulado, sólo me paro para escudriñar Internet en busca de algún indicio sobre el tema, casi es la una y nada.
CONTINUARÁ...

3 comentarios:

  1. ¡Por Dios!, que angustia...
    Besostes

    ResponderEliminar
  2. Me has dejado con ganas de más. Espero pronto el desenlace.
    Escribes bien, me gusta y por tanto me quedo aquí.
    Intenté hacerme seguidora días anteriores, pero no pude, ahora por fin salió todo perfecto.

    Un beso grande

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias Princesa, es un honor para mi.

    ResponderEliminar