Hace siglos que no me iba de acampada a la playa.
La verdad es que no tengo muy claro si he estado de acampada, al menos el recuerdo que tenía no era de algo tan "cómodo", quiero decir, tengo recuerdos anteriores de semanas divertidas, risas, fiestas, bromas, pocas horas dormidas y nada de descanso.
Lo que no recuerdo es dormir en una tienda en la que la cama es casi tan grande como la mía, ni despertarme por la mañana con el olor a café recién echo, ya la bandeja de fruta y el zumo natural es de sibarita en una playa desierta.
No se que me gustó más, si tomar el primer café de la mañana leyendo un libro sentada en una roca o cenar melón con jamón y regarlo con sidra casera mientras veía la puesta de sol, bueno sí, lo que más me gustó fue bañarme desnuda durante horas y que por una vez el agua (o yo ) estuviésemos a una temperatura adecuada.
Por primera vez en mi vida he terminado una estatua de arena, por primera vez me han cantado una canción con acompañamiento de guitarra solo para mí y por primera vez he escrito una poesía, me salió un churro, pero le puse todo mi corazón, aunque una y no más Santo Tomas, me gusta leer poesía, pero diré que es la única lectura con la que me pasa como con ciertos cuadros, que a veces no la entiendo y me deja fría.
Es que estoy fabricada a base de emociones demasiado primarias, no se escribir POESÍA y no quiero aprender, prefiero seguir escribiendo lo que me sale de las tripas, (ESTO VA POR TI, PESADA).
Estos días en la playa han servido para darme cuenta de todas las pequeñas primeras veces que me quedan por vivir.
Para desnudar mi alma al mismo tiempo que mi cuerpo, para aparcar prejuicios que ni siquiera sabía que tenía y para resucitar una parte de mí que creí que se había muerto para siempre.
Me encanta dormirme con el arrullo de las olas y el olor a sal, me gustan las hogueras en la playa, las conversaciones cruzadas de un grupo de gente que oscilan desde el pensamiento superficial al sentimiento profundo, los paseos a la luz de la luna mojandonos los pies, los juegos como el del pañuelo que nos trasladan a la niñez durante un rato, los baños a la luz de la luna y las risas... sobre todo las risas.
Si esto es ir de acampada yo firmo para volver siempre que pueda.
Pues ya sabes....cuando vayas avisa que una acampada así yo también la quiero.
ResponderEliminarLa verdad es que me pusiste los dientes largos al pensar en cómo se estaba a pie del mar....esos paseos bajo la luna, esas charlas....nada que me voy contigo.
Un beso enorme y gracias por estar
Hola vecina, he venido a decirte que en mi “casa” tienes una sorpresa para ti con todo mi cariño, para que la disfrutes a tu manera… Un bessito muy grande
ResponderEliminarSe disfruta mucho en la playa, mis paseos favoritos caminar por la orilla y bucear, aunque ultimamente voy con mas cuidado por si las medusas..
ResponderEliminarte dejo mis saludos y deseo
tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Hola Alondra
ResponderEliminarSe nota que lo has pasado de maravilla, tiene un efecto contagioso. Hay alegría, diversión, intimidad, tiempo, recogimiento, risas y contacto con la naturaleza. Me ha encantado lo de bañarte desnuda en el agua durante horas. Qué gozada.
Besotes.
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ResponderEliminarHola PRINCESA 115, estaría bien y todo en esta vida es posible,un besito.
ResponderEliminarHola MEN,gracias por tu regalo es precioso de verdad,hace un tiempo ni siquiera sabia que existía este otro mundo paralelo y ahora aquí estoy zanbullida en el de cabeza gracias a gente como tu.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Ricardo, yo tambien te deseo un buen fin de semana.
ResponderEliminarTu poesia es de la que me llega,y hace muy poco yo tambien buscaba lo que buscas tu.
Un beso.
Mandalas, gracias por tus palabras,por cierto te visitaré asiduamente que tengo mucho que aprender contigo.
ResponderEliminarABRAZOS.