Por favor señor, una limosna, por favor...
Pido para comer, tengo un niño pequeño y se muere de hambre.
Dos hombres sentados en una cafetería cercana la miran y comentan entre ellos.
-Fíjate, con lo joven que es y pidiendo, no tiene vergüenza, eso del niño seguro que es cuento.
-No, lo del niño es verdad, que me lo ha dicho la señora del hotelucho donde se hospeda.
-Si puede pagarse un hotel tan mal no estará.
- Hombre, ... tiene una habitación de mala muerte en ese antro de yonquis y prostitutas.
-A esa se lo que le daría yo y no es dinero.
La joven recoge la calderilla que ha conseguido, se compra una barra de pan, un paquete de leche y sube a la habitación con su hijo.
A la mañana siguiente se levanta muy temprano y después de una ducha en el baño comunitario va en busca de trabajo.
Cerca del mediodía, después de haber sido rechazada una vez más en todas las puertas a las que ha llamado, se coloca en el sitio de siempre a pedir limosna, está más triste de lo normal, por si su vida no fuera lo suficientemente dura, un idiota que se cree que porque ella pide limosna tiene derecho a Dios sabe que, se pasa el día buscándola y diciéndole todas las guarradas que se le ocurren, no hace otra cosa que proponerle obscenidades.
Ella será pobre pero es honrada, nunca haría nada que avergonzase a su hijito, el pequeño ya ha sufrido demasiado teniendo que sobrellevar su "enfermedad" en la miseria en la que vive.
El niño tiene tanta hambre, ella hace lo que puede pero es bien poco.
Esa tarde sube a la habitación desolada, ni siquiera a conseguido dinero para un paquete de leche, un borracho le ha ofrecido dinero por chuparsela, al negarse, el borracho le ha escupido en la cara, una "señora" que pasaba por su lado al verlo se ha sonreído, ella se ha tragado las ganas de llorar, se ha limpiado lo mejor que ha podido y ha seguido en su sitio como si no hubiese ocurrido nada, metida en su mundo interior ha pasado el resto de la tarde fantaseando con una vida muy diferente para ella y su hijo, una vida donde ellos son felices y tienen todo lo que se puede esperar de la vida.
Llega a la puerta de la habitación con la mirada perdida y arrastrando los pies, toca el pomo de la puerta y justo antes de abrir oye un ruido, es casi imperceptible pero ella lo reconoce, lo oye cada noche cuando su niño cree que está dormida, es el quejido que se le escapa al crío provocado por el dolor de estómago de quien lo tiene vacío.
Se desliza hacia el suelo, se abraza a si misma y comienza a balanzearse suavemente, las lágrimas inundan sus mejillas, caen a raudales y aunque su instinto la empuja a llorar a gritos, de su garganta no sale un solo sonido, si alguien pudiera verla pensaría que es la viva imagen de la tristeza y desesperación, no puede hacer nada por su hijo, pero al menos no la verá nunca derrumbada.
Pasado un rato, se levanta, se alisa la ropa, se limpia la cara con el dorso de la mano, respira fuerte y esboza una sonrisa lista para la función.
Justo cuando abre la puerta alguien la ataca por la espalda, y la hace entrar en la habitación de un empujón, cae de bruces en el suelo, levanta la cabeza y se encuentra la mirada sorprendida de su hijo que los observa a ella y a su agresor con un gesto de ansiedad.
El hombre cierra la puerta detrás de el.
-Levántate zorra.
-¿Qué pasa mamá?.
-Nada cariño, no te preocupes.
-Javi tenía razón, es verdad que tienes un crío, bien, no te preocupes, cuando acabe contigo te dejare algo de dinero para que puedas darle de comer.
La agarra por el pelo y acerca la cabeza a su entrepierna, el niño se echa a llorar asustado.
-Tranquilo cariño, mami está bien.
-Sí, tranquilo pequeño, solo voy a darle de comer a mami y después ella podrá darte de comer a ti.
El hombre está muy excitado, baja la mirada hacia la cara de la mujer, espera encontrarse con una imagen entre asustada y aterrorizada, sorprendido se encuentra con una mirada salvaje y una sonrisa de triunfo.
-Si cariño el señor tiene razón hoy podremos comer los dos, pero ya que el señor es tan amable sirvete tu primero y yo ya bajaré a comprar algo luego.
-Oh, gracias mami.
El hombre ha muerto sin entender nada, un momento antes se las prometía muy felices y un segundo más tarde estaba de rodillas en el suelo, con el sitio donde debería estar su polla manando sangre a chorros. Su último aliento lo dedico a pensar que el niño había demostrado estar realmente hambriento, el crío aparta la vista de la "comida" que tiene entre las manos y sin dejar de masticar avidamente, con la cara sucia de sangre se le acerca al cuello y arranca un buen trozo, la madre procura no mirar lo que hace su hijo mientras busca dinero en la cartera del muerto.
Vaya relato amiga! es durísimo, de final inesperado me ha gustado mucho cielo.
ResponderEliminarBuen finde corazón un besazo
Gracias guapa,espero que la proxima historia que asalte mi cabeza lleve condimentos más dulces...
ResponderEliminarUn beso.
Me ha sorprendido el final....buenísimo, estupendo. Sinceramente no tengo palabras para elogiar tanto a la escritora como a la narración.
ResponderEliminarTe felicito
Gracias por tus comentarios en mis blogs
Un beso enorme
Vená a decirte que en mi casa tienes un premio guapetona tuyo es para que lo disfrutes,
ResponderEliminarBesotes cielo
Merda! era venía
ResponderEliminarMás besos
!FELICIDADES A TI PRECIOSA¡ Y GRACIAS OTRA VEZ, !ESTOY FELIZZZ¡
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