Ya no puedo más, una frase que repito últimamente una y otra vez, ocho de la mañana, salgo de la ducha, llaman de la asesoría quieren ponerme al día de los impuestos.
Pero sí ya me los diste ayer, acierto a decir, esos eran otros, esta bien suelta que apunto, me llevo el ordenador a la cocina y busco las noticias en Internet mientras preparo el desayuno, primera llamada del día.
El pedido que reclamamos ayer por su tardanza ha llegado equivocado ¿qué hacemos? el problema tiene fácil solución, la comunico mientras pienso en los perjuicios que le va a traer a las empresas tanto retraso.
Mis hijas desayunan mientras charlan de sus cosas, a los cinco minutos la charla se a convertido en una pelea a gritos, intento poner orden, lo consigo después de un rato de mediación, las niñas salen por la puerta, comienzo a recoger la casa.
Suena el teléfono otra vez, la sección de contabilidad de una de las empresas con las que trabajo me informa de que les hemos devuelto una factura sin pagar, me hago la sorprendida y les digo que se les pagará por transferencia en dos semanas,(con la dichosa crisis cada vez me cuesta más tener al día las cuentas).
Nueva llamada, un representante que quiere pasar a visitarme, me lo quito de encima lo más educadamente posible, sigo haciendo las tareas del hogar, aprovecho para poner mis ideas en orden, enciendo el ordenador y busco bancos, echo un vistazo a las cuentas, esta vez soy yo la que llamo para hablar con mi administrativa que también es mi prima, ponemos al día los movimientos de cuentas, pagos pendientes etc.
Hablamos de todo lo que surge día a día en las tiendas, intentando buscar soluciones y después de mi primer no puedo más del día me da ánimos y se despide.
Es hora de hacer la comida y me pongo con ello, vigilo el pescado y plancho la ropa al mismo tiempo, la plancha recogida y la mesa puesta, la hora de la comida debería ser un momento tranquilo, una de las niñas pide dinero para unas deportivas, rápidamente su hermana dice que si le compro las zapatillas ella necesita una cazadora nueva.
Intento hacerles comprender que la economía de este país no está pasando por un buen momento y que eso también afecta a mis negocios, que es de lo que vivimos las tres.
Hago todo lo que puedo, les recuerdo que he tenido que prescindir de la señora que venía por las mañanas a casa para reducir gastos, que las cosas están muy dificiles y finalmente las conmino a echar una mano tanto en casa como en lo de ahorrar.
Dicen que sí, que sí, que lo entienden; pero que las zapatillas y la cazadora son imprescindibles,(esta es una guerra que durará algunas semanas y que tengo perdida de antemano).
En cuanto a lo ayudar en casa, les pido que limpien la cocina.
-¡huy!, no puedo tengo clases.
-Pues yo tampoco, he quedado para hacer un trabajo en la biblioteca, ¡chao!.
Por fin me quedo sola me dispongo a recoger la cocina sin demasiados ánimos, dejo la ventana abierta para que seque el piso y decido dar un paseo por el río y aprovechar para recoger agua en la fuente que hay pasando el puente de madera.
Durante el trayecto intento relajarme, llama mi novio, me pregunta si estoy en casa, le digo que estoy llegando, pensar en nuestra relación me entristece, el 2010 ha sido un año muy duro en todos los planos incluido el sentimental y el principio de este no está resultando mejor.
Me pregunta si voy a bajar a las tiendas, no, hoy tengo una reunión con una representante pero hemos quedado en casa, quedaré libre sobre las ocho.
- Bien a las ocho me paso, te quiero.
Me suena a hueco, sé que me quiere a su manera, me siento sola, ojalá no me hubiese enamorado...
el final de esta relación se acerca y es doloroso, echo de menos cuando solo éramos amigos, que tontería complicarlo todo.
La reunión es para negociar las compras del año próximo y aunque nos conocemos y nos caemos bien hay momentos de tensión, finalmente llegamos a un acercamiento que habrá que desarrollar y matizar por escrito, nos despedimos con dos besos y un hasta pronto.
Son las ocho y media, la reunión se ha retrasado ligeramente, suele ocurrir.
Entra mi hija mayor con su novio, me saludan, se preparan algo de comer entre arrumacos y se van al salón a jugar a la wii.
Mas tarde llega la pequeña, hablamos un rato y me recuerda que todavía no les he llevado los ordenadores a arreglar,(se les han estropeado los dos al mismo tiempo) me pide mi portátil contándome que si no se conecta con su amiga el mundo podría pararse, pienso que las cosas ya están bastante mal así, se lo dejo.
Llega mi novio, me abraza, me besa, las ultimas dos semanas está muy cariñoso, él también sabe que es el final ... pero ninguno de los dos tiene agallas para dejar al otro, somos tontos e insensatos prolongando esta situación.
Nueva pelea de las niñas, no se ponen de acuerdo con qué ver en la tele, entro en la sala les pido que dejen de gritar, intento fallido, acabo gritando yo tambien para conseguir que me escuchen, echo de menos cuando eran pequeñas.
Ya en la habitación busco algo en la tele que me haga reir, mi novio me dice todo zalamero, apaga eso por favor cariño... que quiero oir qué dice Sostres.
Definitivamente hoy, no puedo más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario