CULTURA / COSTUMBRES / RELIGIÓN

Está nuestra sociedad empeñada en imponer que las mujeres mulsulmanas se quiten el velo, algunos incluso con la excusa de que es lo mejor para ellas puesto que el velo es un símbolo de opresión, fundamentalismo y machismo entre otras cosas, otros porque dicen pensar que es una falta de respeto hacia nuestro pueblo y un símbolo religioso que no queda bien ahora que están prohibidos en el colegio.
Creo que no es tanto cuestión de prohibir  símbolos  como de permitir que coexistan en paz y armonía
las religiones, las creencias y el laicismo, tal vez viviendo eso en los colegios daríamos paso a una sociedad más respetuosa y sana para todos.
Se nos olvida que no hace tantos años nuestras abuelas y bisabuelas iban completamente vestidas de negro con faldas bien largas (nunca pantalones) y pañuelo a juego en la cabeza.
En su momento nosotros fuimos cambiando tanto en nuestras vestimentas como en nuestras costumbres, pero lo hicimos a nuestro ritmo sin que nadie nos atosigara.
Todavía recuerdo lo que le costó a mi abuela quitarse el pañuelo, el color negro de la ropa no la abandonó nunca, como mucho se llegó a poner un gris o un azul marino, el pelo lo llevaba siempre recogido en un moño o en una larga trenza, mi madre tardó años en conseguir que se lo cortara.
No quiero pensar con la vida dura que le tocó, que hubiese tenido que emigrar con su muy buena educación y corazón y su poca cultura a un país donde la mirasen mal, se riesen de ella o la insultasen por el único motivo de sus vestimentas y lo que para ese otro pueblo significasen, ni como reaccionaria ella y sobre todo el dolor que todo ello le provocaria.
¿De verdad es tan molesto para nosotros el velo? ¿nos hemos molestado en entender lo que para esas mujeres significa?.
No hablo gratuitamente, lo hago desde mi propia experiencia y tratando de ser todo lo objetiva que puedo.
Disiento de gran parte de esta sociedad y no por capricho, he vivido en el extranjero, entre musulmanes, he sentido el rechazo por ser diferente, el que te prejuzguen y te cuelguen una etiqueta, me he visto obligada a ocultar mi religión mis sentimientos (el simple hecho de enseñar unas fotos del bautizo de mi hija dio lugar a un episodio muy duro en mi vida).
He tenido que caminar dos pasos por detrás de mi exmarido por la calle, por estar casada con un musulmán y vivir entre ellos se me ha ordenado cambiar de forma de vestir, de caminar e incluso de pensar (gracias a dios que no se podían meter en mi cerebro) han intentado que cambiase de nombre y de religión, como muestra de comprensión hacia mí se me dio a elegir entre ponerme el pañuelo o cortarme el pelo como un chico, todo ello con unos argumentos tan iguales a los que usamos aquí con ellos que me da miedo.
Doy estas pequeñas pinceladas de mi vida para que entiendan que lo que digo lo siento de corazón y no es propaganda barata.
No me extiendo más porque no es de mi vida de lo que quiero hablar aquí, solo quiero que entiendan que por haber sentido todo eso en mi piel tengo la necesidad de defender a una parte de esas mujeres que viven en España, que están adaptadas a nuestro país, pero que no quieren renunciar a sus raíces, su cultura y sus valores, que portan el velo con igual orgullo que nosotras unos tacones y una minifalda. (perdón a quien ofenda por la comparación).
Esas mujeres tienen derecho a elegir, hablo de las que no están obligadas, si no podemos entenderlo, respetémoslo al menos.
Siendo frívolos pensemos que si unos cuantos artistas de series conocidas, cantantes famosos o personajes de gran hermano llevasen esos ropajes, puede que no nos gustase ver como se gastan el dinero nuestras niñas en las tiendas de Amancio Ortega para darle un vuelco a su guardarropa e ir así a la moda que es tan necesario para ellas como el respirar , pero seguro que no impediríamos que entrasen vestidas así en clase.