sábado, 7 de mayo de 2011

REENCUENTRO

Sentadas en la cocina disfrutan del café al tiempo que ojean el álbum donde se guardan las fotos de su adolescencia, las extrañas que salen en estas, parecen tener poco que ver con las mujeres en las que se han convertido.
-¡Dios, menudas pintas! ¿recuerdas lo horrorosos que nos parecían los pantalones con pata de elefante de nuestros padres?.
-Nos prometimos que nunca nos pondríamos algo así.
-Nos prometimos tantas cosas que no hemos cumplido.
-Sí, tu querías recorrer España en plan mochilero y después seguir con el resto del planeta, decías que querías ser escritora y que para eso necesitabas vivir intensamente.
¡Ah! y los hijos, no estabas segura de tener instinto maternal, pero tenías claro que no serías madre antes de los treinta.
-Con treinta ya tenía dos hijas y varios negocios, escribir... Durante todos estos años si he escrito, fíjate:
Miles de listas de la compra, interminables y aburridos inventarios, fichas de pacientes con datos y más datos, albaranes, facturas, no sigo por que me voy a deprimir.
-Bueno, a cambio vives muy bien, este piso es precioso igual que el que tienes en la playa, aunque ahora que recuerdo tú soñabas con vivir en una casita en el campo.
-Tú empezaste a trabajar muy joven, siempre pensé que con treinta y cinco serías toda una ejecutiva.
-Pues ya ves, llevo años ejerciendo de ama de casa y disfrutando de mis hijos a tiempo completo, la verdad es que mi vida tampoco se parece demasiado a lo que había soñado.
-Sabes, mirando estas fotos no siento nostalgia, eso tiene que ser bueno.
-En el fondo a las dos nos ha ido bastante bien, podemos decir que hemos sido felices pese a las renuncias, los fracasos y los momentos de oscuridad.
-Pensándolo fríamente tampoco hemos cambiado tanto, tenemos sueños, planes de futuro, ilusiones y muchas ganas de vivir, solo que hemos aprendido que nosotras tomamos decisiones, pero la vida no está en nuestras manos, que el futuro está en el presente y que es verdad que cuando se cierra una puerta se suele abrir una ventana.
-Y a conformarnos, no lo olvides.
-A conformarnos no, a adaptarnos que es mucho más inteligente...
Se miran en silencio y una de ellas levanta la última foto.
-Ella salía preciosa en esta.
-Es que era preciosa.
-Y muy lista, ¿recuerdas? la primera de la clase desde niña hasta que acabó la carrera.
-Todos "sabíamos" que tendría un futuro brillante.
-Las drogas acabaron con el.
-Ojalá que nuestros hijos se mantengan lejos de ese mundo.
-Ojalá.
Se abrazan con fuerza.
-Vamos, llegamos tarde al entierro.

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