Tengo una amiga que vive esperando que al doblar una esquina la vida la sorprenda, me he llevado tantas sorpresas en la mía que lo único que espero encontrarme al doblar la esquina es otra esquina.
Mi amiga tiene la teoría de que eso me pasa porque lo vivo todo tan intensamente que no tengo tiempo para ver venir nada, seguramente tiene razón.
En lo personal me vuelco en las relaciones y vivo con intensidad todas las etapas, cuando se terminan acabo agotada.
También vivo con intensidad el tiempo de duelo y flajelación, tanto que cuando se acerca algo bueno no lo veo hasta que no me explota en la cara.
Mejor, porque la felicidad que no esperas es la más maravillosa, a pesar de los avatares que pueda pasar me considero una privilegiada por tener la capacidad que tengo para disfrutar de la vida y no quedarme con lo malo.
Eso me permite pasar página, vivir los nuevos momentos como si fuesen únicos y conocer a cada persona como si fuese la más especial sin pensar en si me va a hacer daño.
Espero que mis hijas se parezcan a mi en eso y no a mi amiga.
Es probable que derramen más lágrimas pero también se reirán muchísimo más y no estarán aburridas esperando a que llegue el futuro.
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