miércoles, 20 de abril de 2011

De mis niñas

Hace cuatro meses:
¡Mami!, mira que hamsters más bonitos, fíjate que pequeñitos son ¡hay que riquiños!, no te preocupes que yo los voy a cuidar, ya verás ni te vas a enterar de que están en casa.
Hoy:
¡Maa! creo que se escapó la rata... pues yo paso de buscarla.
Y el caso es que le acabé cogiendo cariño a los bichitos esos, dos horas me pasé buscando al que se había escapado, no me puedo enfadar con él, yo también he odiado cada vez que he tenido que estar encerrada.
Realmente ellos tampoco se pueden quejar, mi hija la mayor les da de comer, la pequeña les cambia la cama, los sueltan en la terraza toda la tarde para que los coja el sol, (yo hasta los veo más morenos).
Les hacen unas sesiones de fotos que ríete tú de las modelos profesionales y yo ya estoy pensando en comprarles un "piso más amplio" y que lleve hamaca incorporada, aunque me siento un poco preocupada, estoy a punto de tomar la decisión de añadir un pomerania a mi vida y no sé como se tomaran eso zipi y zape (sí, les he puesto nombre).
Es curioso como te puede cambiar la vida una y otra vez sin apenas darte cuenta, el ultimo año y medio se fue torciendo de una manera que no había nada en mi vida que fuese a derechas y yo me sentía incapaz de tomar las riendas, estaba envuelta en un mar de preocupaciones.
Ahora mi máxima preocupación es saber como se llevaran mis animalitos.
Ha sido fácil, tan fácil como dar el primer paso, el segundo, el tercero y todo a vuelto a cambiar a mi alrededor, con mis hijas estoy mejor que nunca y ellas están muy centradas, se respira un ambiente muy familiar y hay muchas risas.
El trabajo no sólo ha salido adelante con los cambios que he planteado si no que cada vez va a mejor la cosa y la gente que he añadido y recuperado para ello está aportando mucha energía positiva.
Personalmente he recibido buenas noticias una detrás de otra y es realmente maravilloso. Cada vez creo más firmemente que la actitud que tengas ante la vida repercute cien por cien en ti y por añadidura en todo lo que te rodea.
Soy feliz, quiero agradecerselo al universo entero y prometo hacer todo lo posible por seguir siendolo, alejar de mí todo lo que desprenda energía negativa y atraer a todo y a todos los que estén cargados de la positiva (vamos de las que dan buen rollo) y recordar siempre que una sonrisa provoca otra sonrisa.
Está  decidido, el pomerania se viene que ya van siendo horas.

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